ALERTA SANITARIA PARA LAS PERSONAS MAYORES, por Sebastián Martín Recio

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La población de personas de edad, de más de sesenta y cinco años, en nuestro país -y mucho más Art. eldiario.es: “El verano más mortal desde 1950: España registra 20.000 muertes más de las esperadas entre junio y agosto” (10.09.2022) en las comunidades que tienen indicadores adversos en lo referido a las cuantías medias de las pensiones, así como a determinantes de salud relacionados con aspectos socioeconómicos, medioambientales, vivienda, etcétera- es la población que más recursos sanitarios consume, como ya es sabido. Esta población viene padeciendo desde hace muchos años, y en los últimos de manera mucho más significativa, un sufrimiento añadido y también unas tasas de mortalidad mayor de las esperadas, como consecuencia del deterioro de los servicios sanitarios públicos y también de la insuficiencia de los servicios de dependencia y sociosanitarios que debieran estar implementados en nuestro país…


Incremento no esperado de la mortalidad y esperanza de vida con discapacidad

Así, pasado este verano, recibimos la información de una mortalidad superior a la esperada en los meses de Julio y Agosto, de 20.000 personas, de las cuales el 90% tenía más de 75 años. Viendo las estadísticas de hace años con respecto al volumen de pacientes crónicos existentes, en relación con la edad, como hipertensos, diabéticos, problemas pulmonares, osteoarticulares o neurológicos, etcétera, se observa claramente que en la medida que avanza la edad de la población, la tasa de estas enfermedades crónicas aumenta progresivamente.

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Tanto es así que si miramos las estadísticas relativas a la esperanza de vida al nacer y de la esperanza de vida libre de discapacidad, prácticamente los últimos seis años de vida como media, la población mayor está vinculada a discapacidades o a problemas importantes de dependencia. Todos sabemos y hemos leído que el sistema de dependencias ha fallado en gran medida por políticas conservadoras y también por

presupuestos insuficientes desde todas las administraciones. Miles de ancianos murieron tiempo después de haber solicitado la dependencia, sin llegar a recibir esta ayuda.


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Y, finalmente, en todo este proceso tenemos la dramática cifra de más de treinta y cinco mil fallecidos en residencias de ancianos, de los cuales más de siete mil han sido en Madrid que, además, no pudieron ser atendidos en centros hospitalarios públicos por indicación expresa del gobierno de aquella comunidad autónoma.


La necesidad de los Cuidados Intermedios en la sanidad pública

De todo este conjunto de problemas cabe concluir algunas reflexiones. Es evidente que los recursos sanitarios que van dirigidos a las dependencias, al envejecimiento y a la residencias de mayores es insuficiente. Pero es que además, en gran medida, están gestionados en ámbitos privados. Las personas mayores, como consumidores en mayor proporción de los servicios sanitarios públicos, pueden ser para la sanidad privada una fuente de beneficios importante.


Sin embargo, también es público y notorio que los seguros privados no quieren, o ponen grandes dificultades, para que tomen pólizas de seguros privados las personas mayores de 65 años, y mucho más aquellas que estén incursas en procesos crónicos relevantes cardiovasculares, oncológicos, neumológicos, neurológicos, mentales, osteoarticulares etcétera. Entonces, el campo de acción que la sanidad privada ha elegido, teniendo como foco esta población mayor, son los servicios sociosanitarios. El

ejemplo más evidente es el relativo a la residencia de mayores que como se sabe casi un 80% son privadas o de gestión privada. Pero esto no es suficiente para la sanidad privada. Desean ampliar el campo de intervención en el ámbito sociosanitario y aquí aparece el concepto de Cuidados Intermedios…


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La Sanidad Privada, a través de su “lobby” IDIS (Instituto para el Desarrollo y la Integración de la Sanidad) ha llegado a la conclusión de que una de las líneas de rentabilidad está en "desarrollar los cuidados sociosanitarios, clave para absorber la demanda de la cronicidad" en los pacientes de más de 65 años. Los mayores de 65 años son los que más recursos sanitarios consumen. Y, en el caso de las hospitalizaciones los que suponen un mayor coste, con lo que llaman “prolongación innecesaria del tiempo de hospitalización”. Esto dicen ellos en uno de sus informes:


"...La inexistencia de los recursos sociosanitarios requeridos por este perfil de usuario está causando, según destaca el informe, además de ineficiencias asistenciales derivadas del alargamiento de la estancia de estos usuarios en hospitales de agudos, un gasto estimado de 884,8 millones de euros, equivalentes a 4.300 camas de hospitalización. También se detectan carencias derivadas de altas tempranas seguidas del posterior ingreso en centros residenciales privados o de la marcha al domicilio; entornos que en muchas ocasiones tampoco disponen de los recursos necesarios para ofrecer una buena rehabilitación del paciente..."


Vemos, pues, una "alianza perfecta":

De un lado, el sistema sanitario público, gestionado con criterios gerenciales y economicistas por las UGC, dispuesto a desembarazarse de cientos de miles de pacientes, a los que llaman "hiperfrecuentadores", que son personas ancianas con enfermedades crónicas y episodios de ictus, infartos, demencias, fracturas de cadera, neoplasias... que suponen para estos gerentes "una carga económica insoportable" por el elevado coste de las largas hospitalizaciones que necesitan...



Y, por otro, el sistema privado, dispuesto a desarrollar ámbitos asistenciales de "mínimos cuidados", con escasa atención especializada e infraestructura diagnóstica, basando su oferta en la llamada "rehabilitación de bajo coste", y personal en precario, fundamentalmente auxiliar y de enfermería... Ello les permitirá buenos "conciertos" con el sistema público (ahí está la cifra mencionada de 884,8 millones de gastos de esta población asistida) y un "ahorro" de la sanidad pública, a expensas, claro está, de un descenso en la calidad real de los cuidados a estos pacientes mayores. 


“La alternativa más sensata, con mejor coste y mayores beneficios para los pacientes pasa, sin duda, según informa la Sanidad Privada (IDIS) por los cuidados sociosanitarios intermedios”, ya sean ofrecidos en un centro específico, en centros residenciales debidamente acreditados o en el propio domicilio del paciente. Según las conclusiones del informe, para hacer frente a las necesidades de los pacientes con cuidados sociosanitarios intermedios se precisarían unas 19.624 plazas adicionales en centros o 161.162 plazas de atención hospitalaria a domicilio. 


Estamos hablando, para comenzar, de unos 30 hospitales privados, con unas 300 camas, para esos cuidados intermedios… Y lo tenemos muy cerca… 

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Nuevo Hospital de San Juan de Dios Sevilla. 324 camas y 9 quirófanos. 96 habit para hospitalización