En la línea de proliferación cofrade que se observa en los últimos años en Carmona, el Sábado de Pasión vio acrecedentado su nómina con la incorporación en vísperas de Semana Santa, de una nueva procesión, con lo que ya son dos entidades las que ponen andas en la calle. Ambas, toman epicentro en dos barrios, en los extremos del núcleo urbano de la ciudad, El Real, en el Sur; mientras que la otra, lo hace -al menos en su estreno- en la zona Norte, en Santa Ana-Hytasa.
La del barrio realeño, tiene sede en la popular parroquia de San Antón, donde se venera la imagen de Nuestra Señora del Real que, acompañada por un buen numero de feligreses, recorrió gran parte del callejero por amplias avenidas sobre una sencillo paso de exquisita ornamentación. Imágenes de gran belleza las observadas al contraluz del atardecer, entre nubes de incienso, a su paso por la zona del Almendral, en busca del escarpe. Algún detalle de la Pasión, como una corona de espinas portada por un acólito, fueron elementos significativos de la procesión mariana, además de un excelente acompañamiento musical por parte de la Banda de Música Arrabal.
El segundo paso que pudieron contemplar los carmonenses en la jornada sabatina fue el estreno procesional de Jesús Despojado, una imagen de novedosa talla, que es soporte espiritual de una asociación de devotos bajo el mismo nombre del Cristo. Aún sin cobijo eclesiático, la asociación puso el paso de misterio en la calle, desde una nave de Hytasa, situada en la Avenida de Marruecos. Con andares sobrios y clásicas chicotás, el cortejo subió al centro histórico por el antiguo camino del cementerio de Santa Ana, para entrar por la Puerta de Sevilla, y llegar con simbolismo pasional hasta el monumental foro romano. El colorido ormamental del paso, así como las interpretaciones musicales de la Banda de Música acompañante, de vestuario de gala militar, fueron detalles que no se escaparon a los espectadores y aficionados cofrades en general.