La licitación de las obras para la actuación urgente en la Tumba de la Moneda de Vespasiano, en la Necrópolis Romana carmonense, por parte de la Delegación Territorial de la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte en Sevilla, vuelve a traer la actualidad sobre el Conjunto Arqueológico de Carmona. El expediente, aprobado hace meses y del que La Revista dio cuenta en su día, incide en la problemática general que, desde tiempos del descubrimiento del bimilenario recinto funerario, padecen los centenares de tumbas que acoge en su subsuelo: La acción climática.
El anuncio de la próxima actuación en la Tumba de la Moneda, queda eclipsado por un proyecto, silenciado hasta ahora o, al menos, no publicitado, que se realiza a escasos metros de esta sepultura. Se trata de una intervención de investigación I+D con el que se pretende como objetivo final el contrarrestar los efectos de la climatología en los mausoleos, por la lluvia, la temperatura, la erosión, además de los biológicos de la fauna y flora. Es, por tanto, un proyecto sin precedentes en el Conjunto Arqueológico y el que, diversas ramas científicas, investigadoras, educativas, económicas, artísticas…, se dan la mano en un campo de gran calado universal.
A simple vista, la impresión que causa al visitante de la Necrópolis, al subir por el sendero hacia la recepción del conjunto, y entre las piteras próximas, es la aparición de una cúpula de lo que parece una tienda de campaña iglú. Lejos de la realidad. Se trata de una “burbuja” muy especial bajo la cual se esconde una de las tumbas más clásicas del conjunto: la Tumba de las Dos Familias”. En ella, el proyecto de investigación aborda, de manera práctica, el estudio de las condiciones climáticas más favorables para que el mausoleo no se vea deteriorado por la acción medioambiental negativa.
Una serie de sensores, de placas solares, de mecanismos de control de humedad, temperatura, atmosfera, entre otros parámetros, recogen los datos y marcan las pautas a seguir por los científicos y técnicos en aras a la futura conservación de los restos arqueológicos, prolongar su vida o, al menos frenar su deterioro. Aún queda trabajo por delante para sacar conclusiones, sobre todo por la particularidad que ofrece el actual año climático, respecto a la sequía, pluviometría, entre otros factores que distorsionan las condiciones normales del entorno.
Según acreditados profesionales ligados a esta materia científica, La Necrópolis Romana de Carmona tiene muchas posibilidades de desarrollo distintas a las que se han venido promocionando en torno a la exclusividad de excavaciones, por razones políticas de propaganda institucional. Con el proyecto de esta “burbuja”, se abre un nuevo campo de vanguardia que favorecería de manera contundente al Conjunto Arqueológico de Carmona; un museo excepcional al aire libre y joya arqueológica sinigual que merece nueva vía hacia la eternidad.
Reportaje: La Revista.