Endémico desde hace décadas, el transporte interurbano de Carmona a Sevilla y viceversa es actualidad obligada entre los usuarios, y no precisamente por la buena calidad del servicio, sino todo lo contrario: por las quejas y reclamaciones que lo hacen ser uno de los déficit más significativos del municipio.
Ayer, La Revista coincidía en el Paseo del Estatuto, con los numerosos viajeros que esperaban en la parada de autobuses de la empresa Casal con el objetivo de trasladarse a la capital. En su mayoría son trabajadores y estudiantes, así como personal que se desplaza por citas médicas y cuyos horarios se pueden verse afectados por las incidencias del transporte.
Así lo vivimos en directo en la parada del autobús: el pan nuestro de cada día en materia de episodios negativos que arrastra el Consorcio en Carmona. En el lugar, numerosos viajeros pedían la denuncia pública de la situación que padecen.
Aquí la secuencia real, con la que dejamos constancia de un problema que debería ser tomado en serio y con urgencia por los responsables que intervienen de manera directa o indirecta para una población que, en gran parte, vive dependiente de este medio de transporte.