La Plaza de Abastos reclama futuro para su legado
La Plaza de Abastos reclama futuro para su legado
Desde época romana a la actualidad, la hoy Plaza de Abastos de Carmona ha sido centro neurálgico de tan diverso contenido urbano que la hace espejo de la transformación social de la ciudad, con sus luces y con sus sombras. Domus, convento, mercado… y espacio público sin definir, del que no se sabe próximos contenidos y destinos.
En este ínterin, nuevas obras de rehabilitación se ejecutan en la actualidad en los más de sesenta cajones que conformaron el antiguo entramado comercial y del que sólo unos pocos están en servicio y sobreviven a duras penas. Cuatro bares, dos verdulerías, una carnicería, una recova, una floristería, una panadería, una tienda de ropa, y para usted de contar, descorren a diario las renovadas persianas de estreno bajo los pórticos y galerías.
“Tenemos la esperanza de un futuro mejor para nuestra plaza, pero lo vemos difícil desde el plano comercial”, apunta una de las vendedoras que resisten tras el mostrador. Para los puestos de abastos, el despoblamiento del centro ha sido la causa principal del declive y cierre de los negocios. Mantenerlos, afirman, supone un gran esfuerzo para dar servicio a una clientela que merma pero que quedaría desprovista de manera definitiva en la Carmona amurallada, donde sólo existe un pequeño supermercado en la calle Prim.
El deseo de los placeros está en que la próxima reconversión de Abastos no suponga una competencia con los nuevos comercios que pudiesen instalarse en el lugar. Por ello, proponen una regulación de carácter gremial para los mismos, además de diseñar una funcionalidad que no obstaculice el desarrollo propio del lugar como mercado. No obstante, el horizonte, que sigue sin despejarse –añaden- apunta a nuevos bares en el recinto y a la ampliación de escenario para eventos y espectáculos puntuales, alejados del tradicional abastecimiento popular.
Las actuales obras que se ejecutan en la Plaza de Abastos tienen, según las mismas fuentes comerciales, una inversión próxima a los 300.000 euros, con los que se abordan, desde problemas estructurales a la renovación de numerosos cajones. Su imagen pictórica de color azul ceniza nos retrotrae a la paleta y lienzos de Arpa cuando, en plena efervescencia mercantil, Carmona latía a su alrededor. Hoy, lunes, con apenas palpitaciones, mantiene ilusiones, mientras por el campo del Real, el llamado Mercadillo, tomaba el relevo generacional sobre un desértico aparcamiento exento de historia.
El ayer.
REPORTAJE: LA REVISTA
El hoy.
