La proliferación de gatos en Carmona es una realidad cotidiana que no pasa desapercibida por el vecindario. No es una hecho nuevo, sino que viene de tiempo atrás, y que llevó a un grupo de carmonenses animalistas a hacerse cargo de manera solidaria de la situación de abandono de los gatos callejeros, a crear una asociación y un proyecto para salvar la vida de muchos felinos.
Carmen Pérez, es la presidenta del colectivo “Gatos con voz”, la entidad que asume la coordinación de las actividades en el cuido y alimento a las colonias existentes en Carmona, cuyo proyecto nace de forma espontánea y paralelo a la Ley de Bienestar Animal, en pro de los derechos de los animales y conformadas por personas con una notable sensibilidad que les lleva a dedicar parte de su tiempo de ocio a una noble causa. Actualmente, indica, “tenemos registradas 70 colonias, una treintena en el casco urbano y la mayoría en las urbanizaciones del término municipal". El censo aproximado es de 1.500 gatos, y la colonia con mayor número ha estado localizada en el edificio del viejo molino del Camino de Marruecos (Hytasa), aunque desde diciembre "han desaparecido de forma masiva", casi treinta animales.
La dirigente de la asociación explica que “Gatos con voz” tiene como objetivo el proporcionar una mayor calidad de vida, derecho a una alimentación adecuada y servicios veterinarios dignos a todos los felinos. “Nuestra mirada se fija más en los problemas de las colonias”. Por ello, relaciona los mismos y necesidades: falta de control, de formación específica de cara al voluntariado que inciden de manera directa en ellas, de la asistencia sanitaria y la implicación –por ley- del Ayuntamiento que debe de actuar en la aplicación del Plan CER (Captura, Esterilización y Retorno) para controlar la población felina.
En este sentido Carmen Pérez, aclaró que “estamos en contacto con los responsables municipales para afrontar las necesidades de los animales y esperamos que se lleven a cabo acciones por parte del Ayuntamiento que dispone actualmente de 20.000 euros; una cantidad insuficiente para abordar las exigencias, aunque somos conscientes de que nuestro proyecto tiene un recorrido a medio y largo plazo”. Y matiza al respecto: “Aún no hemos recibido ayudas. Hasta ahora, los voluntarios son los que hemos afrontado las deficiencias en materia de alimentación y atención veterinaria con nuestros recursos personales".
La relación entre los felinos y el vecindario a veces no es la más concertada para una convivencia normalizada. Por ello, Carmen asegura que la clave está en el control de las colonias, que frenan las enfermedades, los nacimientos indiscriminados de cachorros, las peleas, los marcajes y la suciedad. Asimismo, denuncia que hay “una minoría” desaprensiva de gente que llega al maltrato violento por la falta de convivencia con los gatos, para ello no repara en envenenamientos, incluso atropellos intencionados y otros imprudentes. Sus víctimas, apenas reciben atención, por lo que “Gatos con voz” afronta también este problema y hace una llamada: “Necesitamos un centro de recuperación en Carmona”, concluyó Carmen.