La obra fénix de Curro renace con luz filial

La obra fénix de Curro renace con luz filial

   “El trazo y la materia” es el título de la exposición de arte, organizada por la Asociación Cultural Puerta de Córdoba, que se puede contemplar en estos días en la sala Bajos del Ayuntamiento de Carmona. En ella, las obras llevan la firma inconfundible de Francisco Fernández Osuna, aquel aparejador que se nos fue muy pronto hace ya siete años. Tal vez su nombre no le diga nada. O, tal vez, le suena más el de Curro o Paco, aquella excelente persona que trabajaba en un estudio de arquitectura y que atesoraba en su interior exquisitas dotes artísticas pocas veces exteriorizadas por su modestia innata.

     Los trabajos artísticos de Curro se quedaron en su entorno más próximo, quizás por esa extrema cualidad que le llegó a manifestar el no considerarse como un artista, sino como “un amante del dibujo en todas sus expresiones”. Así, lo refleja su familia, en el díptico informativo que aclara matices de la muestra. La obra expuesta deja patente la mano de un profesional de la arquitectura con una vertiente pictórica en el que el dominio de la técnica alcanza su máxima plenitud y da paso a la creatividad como artista.

     Los dos campos que se distinguen en la exposición: el trabajo de exploración de materiales y el equilibrio geométrico, ya sea en las obras gráficas en pirograbados, en estampación, bocetos, volúmenes, dejan cercano el universo de un artista que buscaba la reflexión en toda su obra.  Quizás por aquello de pasiones, resalto las esculturas de Curro como una de las claves de su legado, del que aún queda mucho por admirar. Admiración que ampliamos al que fue un gran artista y, sobre todo, buena gente.