El curso de verano 'Experiencia única sensorial: aromas, color, sabor y textura de los vinos a través de las catas', dirigido por las profesoras de la UPO Manuela Domínguez Orta y Laura Gómez Ruiz, y que se ha desarrollado entre ayer y hoy en la Universidad Pablo de Olavide en Carmona, deja buen sabor de boca entre los asistentes que pudieron conocer, además de manera práctica la liturgia de las catas, aspectos concernientes de la actualidad referidas a la industria vitivinícola española.
Entre los ponentes, el sumiller Raúl de los Santos Vela radiografió la “mala situación” del sector, frente a otras bebidas de “baja calidad”; así se expresó en entrevista realizada por Europa Pres, según fuentes de la UPO. El motivo del estado de la cuestión es debido a que otras industrias "han adelantado" a la del vino ya que «los consumos per cápita de bebidas destiladas de graduación alta de mala calidad y de cerveza de baja calidad están normalizados y sigue creciendo mucho frente al del vino, que es minoritario".
Para Raúl de los Santos el consumo del vino en España va en caída libre desde hace cuarenta años y no para de bajar, al no poderse publicitar como lo hace la cerveza al ampararse en su formato sin alcohol. Hay una mala proyección sobre el vino como consumo diario. Sin embargo, añadió, la industria tiene «la legislación más exigente a nivel mundial frente al mercado anglosajón, donde las leyes son muy laxas y la permisividad a los productores de esas zonas son muy altas, mientras que en España y en el resto de Europa existen «diferente ministerios y organismos que se encargan del control, la calidad y la legalidad del vino".
Entre otros aspectos de la industria vitivinícola, el ponente se refirió a las denominaciones de origen que son “aval necesario para el consumidor para saber de qué región proviene el vino, aunque no es un indicador de la calidad del mismo”. También ha resaltado algunos de los beneficios que conlleva el consumo de vino: "El vino es el fermentado con alcohol más natural de todos los que existen en el mercado", donde la legislación es más taxativa, exigente y su mercado se "autorregula" al no existir una gran industria y estar conformado por pequeños productores.