Un paraje acuífero a recuperar como Patrimonio
Las minas de agua en Carmona y el entramado acuífero del subsuelo en Los Alcores han propiciado en los últimos tiempos un gran interés medioambiental en el municipio y la comarca. Uno de estos puntos relevantes que tiene su nacimiento en el paraje de Alcaudete y que llega hasta la entrada a la ciudad por una arquitectura de agua milenaria, es el enclave de Brenes. En él, a modo de manantial, el agua ha sido benefactora, hasta ahora, para la propiedad con carácter privado e industrial, y para el Ayuntamiento de Carmona para uso público.
La zona recuperó su atractivo verde, tras el éxito de la firma de anisados, que propició un nuevo entorno acorde con las necesidades de la industria, y en la que el Ayuntamiento realizó obras colindantes a la finca y adyacentes, de puesta en valor en su conjunto. El enclave pasó, de ser un punto negro, a toda un área de descanso en el sendero que baja a la vega y bifurca hacia los Alcores.
Todo parece indicar, según ha trascendido a La Revista, que desde hace años ha existido un compromiso entre ambas partes (privado y público) con el objetivo del beneficio mutuo: La finca suministra agua a su exterior, mientras el Ayuntamiento se encarga del mantenimiento de la zona. El acuerdo -por razones hasta ahora desconocidas- no se está cumpliendo, lo que ha propiciado que el lugar presente un estado lamentable con signos de abandono y sin el elemento clave del paraje: el agua.
La situación no ha pasado desapercibida por numerosos senderistas y ecologistas que frecuentan el lugar y que han denunciado su actual estado. Por ello, algunos han solicitado la intervención de las autoridades locales y los servicios municipales con competencias en la materia, sin que hasta hoy haya habido respuesta positiva.
Además, se suman a la necesidad de recuperar el lugar como atractivo patrimonial y abrevadero tradicional para el ganado que pasa a diario por el manantial, inutilizado en la actualidad, lo que ha propiciado igualmente la correspondiente queja de los pastores del entorno.
Como detalle del valor ecológico del lugar, la instantánea final deja una escena muy particular: A su paso por el camino rural, que asciende por Los Alcores hasta el enclave, un grupo de ovejas se dirige por instinto al abrevadero en el que calmaban la sed de manera permanente. Tras ellas el perro pastor hace su trabajo para devolverlas a la piara. Conoce de sobra que el pilar está seco.