El Museo de la Ciudad de Carmona no sólo exhibe su legado patrimonial desde la Prehistoria hasta nuestros días, sino que también lo pone al alcance de sus vecinos. En esta ocasión, se acercan al emblemático edificio, niños de corta edad para participar en un taller de aprendizaje con el objetivo de convivir entre paisanos muy de cerca con la Historia de sus antepasados, mediante actividades lúdicas y recreativas.
Así, en un espacio único de galerías porticadas, el patio plagado de plantas y un pozo, y rodeados de estancias museísticas, una veintena de niños disfrutan, desde hoy, un proyecto municipal en el que la escuela se integra en un marco incomparable a lo largo de varias jornadas repartidas entre los meses de julio y agosto.
La denominación oficial del taller deja patente su intención, el acecar la Arqueología a los carmonenses más pequeños en edad e incorporarlos al espíritu de la colectividad en defensa y proyección de su Patrimonio.
Hoy es el primer día lectivo bajo la supervisión de Inma González, técnico en Turismo, de la empresa Azimut. Con sobrada experiencia en la materia, imprime, rodeada de bulliciosos alumnos, la dinámica en torno al conocimiento de la Prehistoria y Protohistoria carmonense. La arcilla, como elemento natural, se esparce por las mesas de trabajo para dar forma a cerámicas de las que abundan en las vitrinas del Museo. Pinceles, témperas, dibujos... conforman un abanico de materiales con los que los niños aprenden jugando.
Mañana toca la época romana, de la que también no hace falta salir del inmueble para presumir de modelos en todas sus vertientes: mosaicos, esculturas, pavimentos, joyas... todo al alcance de la mano. No obstante, Inma especifica que la unidad didáctica se dedicará a los juegos infantiles romanos: las canicas, los dados, tres en raya... Se trata, añade, de introducirles en el conocimiento de la Historia, con actividades atractivas para su edad, enfocadas al ámbito carmonense.
El taller, aclara la técnico, es de matrícula abierta en cada jornada, en la que disponen de una veintena de plazas. Como apertura, el primer día ha sido todo un éxito por la acogida, tan es así, que a los participantes les costaba trabajo el abandonar el espacio y pedían ampliar el horario, mientras los padres esperaban a la puerta del Museo.