Tras más de dos años de construcción y un coste de 9 millones de euros, el centro deportivo de Santa Ana ha abierto las puertas para la práctica de la actividad física, aunque aún quedan pendientes algunos remates finales para su terminación definitiva, como los accesos al aparcamiento subterráneo y entorno urbano en los viarios aledaños del Camino de Marruecos.
La obra, cofinanciada por distintas Administraciones públicas (Ayuntamiento, Ministerio de Fomento y Fondos Europeos), completa la rehabilitación urbanística de una manzana que ocupaba el histórico convento de Santa Ana y el solar del antiguo camposanto de Carmona.
Ayer, la actividad física era reclamo para numerosos deportistas que estrenaban pista y servicios en un pabellón que, junto a otro a escasos metros de distancia, hacen del distrito de Hytasa un sector privilegiado en cuanto a disponibilidades socio-culturales y deportivas.
El historial de la nueva edificación tuvo en su inicios incidencias relacionadas con el subsuelo, al anclarse sobre el antiguo cementerio de la ciudad y salir a la luz numerosas fosas que necesitaron de la intervención de especialistas para su concreción y actuaciones arqueológicas preventivas. Hoy, paradojas del destino y de los tiempos, la celebración del centro pone en el lugar ambiente de vísperas de la fiesta de Halloween.
Un apunte de memoria histórica en un lugar de Memoria.