La segunda jornada de prolegómenos del Carnaval en Carmona ha tenido como protagonista a los niños. Ellos han sido los primeros en llenar, al mediodía de ayer, el Teatro Cerezo y pusiseron el "no hay billetes" en el patio de butacas, por lo que fue necesario desplegar asientos en el anfiteatro. La convocatoria realizada por la Asociación Carmonense del Carnaval ha tenido un éxito rotundo en la denominada "Gala Infantil 2025", en la que, entre otros atractivos, se ha proclamado al lucero de la fiesta, símbolo y llamada a la fantasía de la máscara y el disfraz, que este año están representadas por la joven Rocío Ávila Martínez.
Por el escenario pasó la cantera carnavalesca, que dio buena cuenta de las posibilidades de la fiesta como elemento cultural a incentivar en los colegios. Como ejemplo, la chirigota infantil 'Los Cosquillines justicieros del Pedro I' que interpretaron varias coplas bajo la dirección de la profesora de música Vanessa Ruiz. A destacar del grupo una composición musical de emotivo entronque entre don Carnal y doña cuaresma: Nada más y nada menos que la Salve "Pureza marinera" del compositor gaditano y corista Julio Pardo; todo un lujo y grata sorpresa en la que no faltó una excelente percusión y metal.
Con buenos dotes interpretativos destacaron igualmente la chirigota 'Creo que me siguen' y el romancero "Los príncipes destronados'. Éste último también sorprendió por la recuperación de una especialidad que reaparece en el carnaval carmonense después de casi cien años, cuando 'El Rubio', 'Facundo' y 'El Jerez' ponían humor y crítica por las calles de Carmona. Asimismo, otras actuaciones de personajes infantiles completaron una gala atractiva que hizo disfrutar a toda la familia carnavalesca.