EL MATACÁN: Pilatus fugit

|


Portada (2)


Pilatus fugit


     Carmona está pletórica de riqueza y tan rica como la torta inglesa. Al menos así lo propagan los actuales gobernantes populares augures del Salvador (léase calle). Tenemos un presupuesto municipal millonario con superávit, no debemos un euro a la banca, los impuestos están congelados, se proyectan nuevas viviendas a precios Sodecar, los perros estrenan parques en competencia con la infancia, celebramos carreras de cuádrigas, inauguramos circuitos ecológicos de velocidad cada tres meses, abrimos mercados romadievales… A ver quién da más. Sí, sí, que Pilatus –la empresa aeronáutica internacional- no vendrá a Carmona, eso es lo de menos. Para que queremos otro Pilatos, si con el que sacamos el Domingo de Ramos tenemos de sobra.


Carmo1

     No entiendo por qué se queja tanto la gente, cuando vivimos en el pueblo de Sevilla -ya casi ciudad predilecta de la Unesco-, el más bonito del mundo mundial donde tenemos de todo; hasta parados cargados de trienios para regalar al orbe orbital. Y de placas, ni te cuento: envidia de los chinos. Por faltar en Carmona, no hace falta ni gobierno. Ni oposición. Esto último no lo dijo Poncio, lo dice y escribe tal cual, "quod scripsi, scripsi”, Pijus Magnificus, descendiente de aquel adelantado en tiempos en el que la vida de Brian llegó a ser catalogada como la mejor comedia de todos los tiempos. Pijus Autenticus, para ser exactos, nació en uno de los recovecos de las Siete Revueltas (Septem reolinae) cuando por allí desfilaba a paso legionario la XXX Vlpia Victrix y reponía fuerzas arriba en el Foro.


Il fullxfull.1181846922 379e

     Magnificus explica en su reciente obra ‘Églogas de Tito Listum’ como el gobierno y la oposición de un pueblo se confunden cuando se trata de representar de manera pública la representación que ostentan. Toda una tragedia, porque el pópulo culturizado -el que preparaba la tierra para el cultivo, hoy intelectual- no entiende la rebujina de unos y otros ante el culto a los dioses, los festejos campestres, los conciertos aristocráticos y las recreaciones artísticas. Su objetivo, afirma Pijus, coincide en mantener entretenido al pueblo y canalizar sus tensiones, lo que les lleva a la reconversión como actores pagados de una comedia con amplia reminiscencia del sainete popular y la pantomima. Esto, en la actual Carmo -añade el ilustre escritor de escritura y lengua muerta- es una realidad, o mejor, un drama.


Lavarse manos Pilatos 2186491369 14178208 660x371

     Como estamos en tierra de cine, desde la Barbacana al pueblo de Paradas, la irreverente vida de Brian volverá por estas fechas a ser actualidad por el imperio y, cómo no, por la Carmona próspera y senatorial. Ya están aquí las luces, los silencios, los cánticos, los aromas arábigos y… la escalera. No faltará el trajín diario de patricios, plebeyos y esclavos, en conjunción armoniosa por el cardo máximo y aledaños. Para el rodaje, además de Pijus Magnificus y su esposa Incontinenncia Summa, veremos en acción a Traviesus Máximus, Quasimeus, Posturitumio, Serviliarla, Beronia… Sólo faltará Pilatus, que ha firmado contrato en Alcalá de Guadaira, con guion real de riqueza y trabajo contante y sonante. Tendremos, pues, que conformarnos con nuestro patrimonial Pilatos, al que maldecimos cada vez que se lava las manos y se declara incompetente ante la multitud, a su paso de ida y vuelta por delante de la Casa Consistorial. Tras la sentencia... penitencia.


Sisi