La Feria, a caballo

Una feria sin caballos no está al completo. Es más, sin caballos es otra cosa. Póngale nombre. Y como el Paseo del Real es otro con estampas ecuestres, hoy sábado, la feria ha sido más feria que nunca. A lomos de Anochecer, de Capricho, de Wellington, de Camarón... los farolillos se confunden con las castañetas de las crineras, mientras las banderolas se mueven al compás de los mosqueros. Todo un ritual que por Carmona también tiene buenos aficionados, sabedores que el caballo es un deportista que tambien gusta lucirse en los grandes momentos de fiesta.

Unos jinetes que empiezan y otros cuya experiencia está más que demostrada son protagonistas junto al castaño, al alazán, al tordo...  Los binomios atentos no pierden detalle cerca de la portada. Desde San Antón al tablao, la pasarela ecuestre da para reconocer y saludar a amazonas campeonas de Andalucía y de alto nivel participantes en Campeonatos del Mundo. Desde lejos, las maneras de gestionar el paso del caballo las hace inconfundible. No todo son adornos e indumentarias, el arte ecuestre rezume esplendor por el Paseo.

Sin duda el icono por excelencia de una feria que se precie es el de la pareja a caballo. Que no falte detalle: El, con sombrero a la ancha, traje corto, polainas... Ella, a la grupa, vestida de flamenca, como recuerdo campero del paso de arroyos y romería, hoy, generalizado como imagen de belleza en el ferial. También, como en toda modalidad hípica, existen unos cánones o unas leyes para el mejor desempeño de la función, nacidas todas por la única fuente original del mundo del caballo.

El Paseo de Caballo de la Feria de Carmona tiene para dar y regalar detalles en un contexto que requiere una apuesta por su relanzamiento en el conjunto de actividades que conforman la Fiesta de Mayo. Ganaderías de renombre, escuelas ecuestres y centros hípicos de alto nivel en nuestro término municipal son soportes a tener en cuenta para un futuro de mayor participación del caballo en el Real. La tarde de hoy, ha sido un capítulo especial, en la que disfrutamos del colorido, de la maestría hípica, de la conexión hombre y caballo en una de las ferias más antiguas de España.