La Carmona rociera rogó por su hermano Carlos

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La Carmona rociera rogó por su hermano Carlos


     La crónica de los rocieros carmonenses en sus primeros pasos por el camino que los llevará a la aldea del Rocío, ha tenido hoy un matiz especial, distinto y cargado de emotividad. Ni la salida del Simpecado por las puertas del Salvador, ni su triunfal paso por la Puerta de Sevilla, ni el despliegue de luz por el Arrabal, ni las esencias eremitas del Real, pudieron con la emoción popular cuando el boyero puso la jiara sobre el yugo y plantó la carreta bajo un balcón de la Plaza de San Antón. Arriba, una familia de larga tradición rociera se asomaba a la baranda. Carlos Martínez, un joven carmonense, que lucha contra una dura enfermedad, junto a sus padres, recibía el apoyo y solidaridad del gentío, entre vítores, plegarias y cánticos. La flauta, el tamboril, la guitarra y las voces del coro de la hermandad de Carmona sonaron distintas. Sonaron a Rocío con mayúsculas.


Con imágenes de la salida dejamos sentimientos copleros, desde San Antón a la vereda de Ronquera, en busca de la libertad, entre la Naturaleza, el Medio Ambiente y el fervor del peregrino.


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