Una de las piezas arquitectónicas del Museo de la Ciudad, construido en el s-XVIII, es la escalera principal del edificio en la que se conjugan con maestría artísticas tres tipos de piedra caliza: mármol emperador, blanco y ágata.
El paso del tiempo, el déficit de mantenimiento especializado y el tránsito de visitantes han propiciado una degradación que ha requerido una actuación de conservación y restauración que se ejecuta en estos días.
Las labores abordan la limpieza de los elementos pétreos, la eliminación de morteros y cementos no originales, entre otros componentes negativos acumulados con el tiempo.
La intervención técnica se concreta en la consolidación de las piezas descohesionadas, en la que se dipondrá de material reversible y otros con piedra natural del mismo tipo que la original. Según los promotores de la iniciativa, Diputación de Sevilla y Ayuntamiento de Carmona, el objetivo de la misma es "restituir la lectura de la escalera, recuperando sus valores artísticos y documentales".