Las plazas turísticas en viviendas superan a las hoteleras en Carmona
Las plazas turísticas en viviendas superan a las hoteleras en Carmona
La dificultad de encontrar una vivienda de alquiler en Carmona se hace crónica ante el boom propiciado por el negocio del nuevo turismo urbano. La transformación de las viviendas de uso tradicional y vecinal en alojamientos turísticos, ha llegado a registrar tal incidencia que, a día de hoy, las plazas de esta característica ya superan en nuestra ciudad a aquellas registradas con el denominador común de establecimientos hoteleros.
Los datos oficiales con marchamo institucional ponen de manifiesto una reconversión de edificios sin precedentes, sobre todo en intramuros, cuya repercusión social se hace notar de manera superlativa, y supone toda una reconversión del conjunto histórico carmonense en el que los barrios más antiguos han perdido su identidad vecinal. Esta transformación no es anecdótica, sino más bien una panacea cuyos límites aún se desconocen, hasta tal punto que los históricos conventos compiten en busca de clientela rentable entre sus muros para “dar cobijo al necesitado”, turístico, naturalmente.
Por una parte, las plazas disponibles en los 12 establecimientos hoteleros de Carmona son 602, que se las reparten en 2 hostales de 1 y 2 estrellas respectivamente; 3 hoteles de 2, 3 y 4 estrellas, y una pensión. Por otra, las viviendas de uso turístico alcanzan las 117, con un número total de plazas de 696. De menor cuantía están las viviendas turísticas de alojamiento rural, que disponen en sus 21 establecimientos, de 174 plazas.
Con los datos oficiales disponibles y los no oficiales –de los que se desconocen por su clandestinidad- la metamorfosis urbana carmonense tiene impacto tanto en lo físico como en el tejido productivo. Con tan sólo dar un paseo por los barrios del centro histórico y zonas de influencias, la observancia es manifiesta y el negocio continúa sin restricciones en materia de viviendas y apartamentos de uso turístico. Esta dinámica de permisividad propicia una rentabilidad económica rápida de una minoría, frente al interés general de la mayoría del vecindario.
La realidad actual de Carmona y su futuro como ciudad no puede quedar en manos de una mera visión comercial turística, por lo que se requiere, por parte de los responsables públicos, poner freno a la expansión de los alojamientos turísticos y propiciar la recuperación de viviendas de uso residencial para la que fueron planificadas. Es hora, pues de plantear alternativas y fórmulas distintas hacia un modelo urbano no dependiente del turismo y atractivo para los carmonenses.
