EL MATACÁN: La novena

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La novena


     Llegan las fiestas patronales. Así se anuncian las que de toda la vida se llamó en contracción: la novena; un acontecimiento centrífugo con epicentro popular en dos enclaves de intramuros: La iglesia prioral de Santa María, ahora con el añadido moderno de la Asunción, y la plaza de San Fernando, desde tiempos de Maricastaña, Plazarriba. Como añadido a lo eclesiástico y a lo mundano, hace alguna que otra década, se sumó la Plaza de Abastos, por su decadencia como mercado central. Desde entonces, pasó a uso lúdico hostelero más que comercial. De este modo, la trilogía oración, espectáculo y piscolabis queda resuelta en lo que ha recintos se refiere, otra cosa es su intríngulis a la hora de acoger al unísono, feligreses, espectadores y parroquianos que, por miles, atraviesan a diario las puertas de la muralla desde el arrabal y extrarradios.


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       Nueve días de fiesta en sesión continua –si bien es verdad que con horario vespertino y nocturno- no se dan con frecuencia en localidades de similares características a Carmona, o al menos no disponemos de referencias. Porque si a la novena le añadimos la feria, que cada vez se expande en temporalidad con nuevos rituales, los puntuales de carnaval, los de semana santa, las veladas veraniegas y algún que otro que se me escapa, no nos podemos quejar por falta de festejos. Menos mal que el Ayuntamiento no se acuerda del patrono Tomiro, que, si así fuese, por aquello de la no discriminación, al menos otra novena abría que celebrar con cargo a la Delegación de Fiestas que se vería obligada a abrir sucursales en cada barrio y oficina de atención fiestera en Plazabastos.


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     Como estamos inmersos en las patronales, aventuramos que nuestros munícipes tendrán que resolver –como lo hicieron sus antecesores en el cargo- la problemática de la trilogía en la concurrencia a los espacios señalados que no dan más de sí para afrontar tan multitudinaria zalagarda. Ninguna corporación municipal carmonense se ha atrevido a modificar la configuración del festejo, ni en programa, ni en servicios. Tímidos intentos no pudieron con lo “tradicional”, cuando este adjetivo se confunde con el sustantivo inmovilidad. Sin irnos a tiempos primitivos, de la cucaña se ha pasado al taller de sushi; de ‘Los Meteoros’ al Dj ‘Pepito Grillo’; de ‘Entre Rejas’ a ‘Los mismos de siempre’; de ‘Azúcar Moreno’ a ‘Sacarina’… La clave de este mare magnum en Carmona es la falta de planificación y de consenso vecinal que, en el terreno que nos ocupa, no se sabe ni dónde estamos, ni a dónde vamos. 


Popo


     Mañana comienza la pre novena, con los mismos ingredientes de siempre: prohibiciones de circulación y de acceso al centro, grúa disuasoria, quejas generalizadas y horas extras para la escasa plantilla policial y la voluntariedad civil ajena a nómina. El desfile corporativo del día de la patrona, bajo mazas y a ritmo de pasodoble o marcha militar, será evento y pasarela de primer orden para el Gobierno Local y la oposición. Tras el mensaje del arcipreste llegará el correspondiente tentempié hasta que el cuerpo aguante. Hay pacto soterrado en nueve días, sin polémicas sobre el cumplimiento de la ordenanza sobre veladores y de espacios para circulación del peatón, sean con movilidad reducida, carritos de bebé, o derivados de la ancianidad. Tampoco será objeto de enfrentamiento político el que los más jóvenes de incontinencia urinaria afronten sus necesidades donde les salga de los riñones, incluido zaguanes, soportales y calle en medio. San Teodomiro, ora pro nobis. 


Kkkkk