La Quinta Angustia acaparó la luz de la tarde para el Cristo del Descendimiento y la Virgen de las Angustias y dio rienda suelta al vecindario de San Francisco para acompañar a sus más entrañables imágenes en el tramo más hogareño del itinerario. La procesión reune dos tallas escultóricas unidas por un vínculo común -maestro y alumno- genios de la imaginera sevillana: Castillo Lastrucci y Antonio Eslava.
El reencuentro de la Hermandad de la Expiración con los carmonenses, tras años de susencia, puso ayer mayor emotividad a un Martes Santo repleto de sensaciones y recuerdos; entre ellos, el de Antonio Eslava, escultor paisano y artífice de una obra maestra de la imagineria andaluza, con motivo del cuarenta aniversario de su fallecimiento.
La torre de San Felipe, aún revestida de red protectora, fue de nuevo espectadora de la salida anual de su universal e ilustre huesped: el Señor de la Amargura. Junto a la imagen de su madre, la Virgen del Mayor Dolor, los titulares de la cofradía estudiantil dejaron huella bajo los arcos y arquillos de la Carmona patrimonial.
Con los últimos rayos de sol cayendo la tarde, el Ecce Homo del Salvador llegaba al pórtico de la casa de las Hermanas de la Cruz entre una gran multitud. En la esquina de la antigua calle Mirador, las miradas se cruzaron un año más.
Finalizado el concurso del Teatro Cerezo, y pronunciado el pregón de la fiesta, llega la hora del verdadero carnaval: el de la calle. Tanto las agrupaciones como entidades sociales y gremio de hostelería de Carmona han de poner su empeño en rescatar aquel carnaval que tanto brilló en la provincia de Sevilla. Todo un reto.
"Abre tus puertas / y tus ventanas, / deja que entre / la fiesta noble / que nuestro pueblo / quiso siempre /. Cuarenta años desde aquel pasodoble de "loqueros", la copla y la fiesta de carnaval mantiene amores y amantes. La cita, hoy, en la final del Concurso de Agrupaciones Carnavalescas de Carmona.